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EL TABÚ DE "ESOS DÍAS"

 [Post especial dominguero por el día de la mujer. Si bien lo que se conmemora el 8 de marzo es la lucha de la mujer trabajadora por la igualdad de derechos y condiciones, en este post hablaré sobre la esencia femenina en sí, sobre la naturalización de la cuestión física de la mujer. ¡Que lo disfruten! ;-)]

 Nanita: -"Mamá... Papá... me duele la panza... acá abajo."
(Mirada cómplice de padres.)
Papá: -"Agarraaate Catalina..."

Escena de la ducha. "Carrie" (1976)


¿Por qué? Si era lo más natural del mundo que empezara a menstruar... Es más, unos días antes de menstruar por primera vez soñé que menstruaba. Y lo mismo pasó en varias oportunidades más. Como si mi cuerpo me avisara a través de los sueños que estaba próxima a "esos días".¿Ansias tal vez de que llegara ese momento? Recuerdo que me hizo mucha gracia cuando leí en "Mujeres que corren con los lobos", de Clarissa Pinkola Estés, su referencia a los primeros antropólogos, quienes consideraban que en algunas tribus las mujeres eran consideradas "sucias" o "impuras" durante la menstruación y eran obligadas a exiliarse del poblado por ese período. La Dra. Pinkola Estés expresa en su libro que la mujer iba forzada, cabizbaja hasta perderse de vista "y después rompía repentinamente a bailar y se pasaba el resto del camino muerta de risa". Porque las mujeres le daban el espacio a su menstruación, no la ocultaban. Se permitían estar en soledad y dedicarse a ellas en esos días de renovación. El cuerpo se renueva, y debemos estar en comunión con nuestro cuerpo, escucharlo.

Vení, sentate un ratito en silencio, te invito a escucharte.

En la actualidad, las campañas publicitarias de productos de higiene femenina apuntan a esconder, a que nadie se de cuenta que estamos menstruando, como si fuera vergonzoso. De hecho, en las mismas, la sangre es representada por un líquido azul de procedencia dudosa. ¡Liberen a los Pitufos! Je! A ver; no digo que salgamos con pantalón blanco y sin protección a espantar a todo el mundo con un lamparón rojo. Pero si nos manchamos, tampoco es una tragedia. Es algo inherente a nuestra naturaleza femenina. Amiguémonos con la sangre... con nuestra sangre.

Fuente de la imagen: "Aires de cambio: La belleza de la sangre menstrual"

Siempre usé toallitas higiénicas. Recuerdo que cuando me puse una por primera vez pensé: "¡Esto es como usar pañales de nuevo!". No me gustó, claramente. Pero era eso o los tampones, y me parecían mucho peor con esas pelusitas que se desprendían dentro de mi vagina. No, gracias. Hace un tiempo, por una amiga, descubrí la existencia de la copa menstrual. Me pareció una idea copadísima, pero luego lo olvidé hasta que me empezaron a irritar las toallitas. Qué cosa eso, ¿eh? Recordar cosas importantes ante el malestar... ¡En fin! Averigüé y me compré una. Además de que la atención brindada por la vendedora fue excelente, súper cordial y dispuesta a orientarme ya que se trata de un producto relativamente nuevo dentro del mercado; la copita en sí es maravillosa. No la cambio por nada. En la página oficial pueden encontrar los detalles, las características del producto, los beneficios y notas relacionadas; pero en numerosos sitios me he topado con las "desventajas" de la copita menstrual. Aquí las refutaré, como corresponde:

1-Más cara que los productos convencionales. Esto no es cierto si consideramos que bajo las correctas normas de cuidado e higiene, una copa menstrual puede durar varios años. Si hacemos la cuenta, claramente es más económica. Además, es una inversión para el cuidado del planeta, apartándonos en este aspecto de la cultura de "uso y tiro" que caracteriza el consumo de hoy y hace que la contaminación vaya in crescendo.

2-Difícil de conseguir. Falso, está disponible para la venta on line en plataformas como MercadoLibre en sus dos opciones: Nacional e importada.

3-Es complicada de colocar. Es más fácil de colocar que un tampón, no va tan adentro; solamente hay que doblarla correctamente y se abrirá adaptándose a la forma del cuerpo.

4-Es difícil sacarla. Con paciencia y suavidad es muy fácil de retirar. Hay que tocarse, muchachas... No intenten jalar del tirador porque hará un vacío al mejor estilo sopapa y eso sí que no es muy agradable.

5-Poco práctica, hay que vaciarla, lavarla y esterilizarla. Esto es lo mejor del mundo a mi juicio. Por un lado nos permite observar la cantidad real de sangrado menstrual y la apariencia del mismo. Por otro lado, siguiendo las normas de higiene, nos aseguramos que esté en condiciones óptimas para estar en contacto con nuestro cuerpo.

Sí, es cierto, lleva mucho más tiempo del que lleva cambiar un apósito descartable; pero en esta época en la cual todos corren, el tiempo no alcanza y todo se hace pensando en lo próximo que hay que hacer, está bueno obligarnos a poner pausa y tomar consciencia de nuestro cuerpo. Como decía antes, escuchar a nuestro cuerpo.

Celebremos con conocimiento el día de la mujer; de la historia, los atropellos sufridos y las luchas conquistadas y por conquistar, pero sin dejar de lado el aspecto íntimo, cotidiano, que muchas veces por ignorancia o pudor tendemos a ocultar e incluso negar. ¡Feliz día, mujeres!

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